El pensamiento único y el súperego y confundir ciertos espacios con un espacio de lucimiento personal, no hacen más que el encuentro con el/la otr@ sea desigual y hasta diría discriminativo. Tod@s tenemos derecho a expresarnos libremente y el permitirnos escucharnos, poder ceder nuestra palabra al otr@ sujeto y que él o ella nos ceda la suya, es lograr que el encuentro sea entre pares que piensan distinto pero que pueden convivir entre sí. A través de la escucha logramos enriquecernos con el conocimiento del/la otr@, es un intercambio recíproco. Por eso citando a Paulo Freire: "Todos sabemos algo, todos ignoramos algo. Por eso aprendemos siempre".
Pablo M. González
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